
La mayoría de estos 244 huesos se encuentran en la cola.
Las patas posteriores del gato son más largas y fuertes que las delanteras, permitiéndole saltar hábilmente, sirviendose de ellas como una especie de trampolín.
Al igual que el camello y la jirafa, los gatos caminan moviendo patas y manos del mismo lado al unísono. El resto de los animales de cuatro patas mueven la mano izquierda al mismo tiempo que la pata derecha, y la mano derecha junto con la pata izquierda.

Gracias a las almohadillas que presenta en manos y patas, el gato puede moverse silenciosa y sigilosamente. Sus garras son retractiles y pueden extenderse más allá de sus almohadillas o volver a desaparecer mediante una simple contracción de ciertos músculos.
Las almohadillas de los miembros del gato son extremadamente sensibles y son utilizadas para investigar la textura, tamaño y forma de los objetos desconocidos.
El gato extiende una mano para tocar el objeto, al principio, suavemente, luego con más firmeza y luego usa el hocico para inspeccionar con más detalle. La sensibilidad de las almohadillas de las manos y patas del gato puede ser la razón por la cual a muchos gatos les molesta tanto que se los acaricie, ya que se sobreestimulan.
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